SIN CABIDA PARA LA INDIFERENCIA
By Joshua Weiner
En ocasión de la muestra The Bleeding Dress (El vestido sangrante) en STYX Projects en Berlin.
¿No han escuchado pues, ... uno de esos sueños que dejan al soñador trastornado, por haber llegado, en la condición experimentada de un renacimiento inagotable, hasta el fondo del dolor de existir?. ...¿O para volver a poner en su lugar esos tormentos del infierno que nunca pudieron imaginarse más allá de aquello cuyo mantenimiento tradicional asegura a los hombres en este mundo, les conminaremos a pensar en nuestra vida cotidiana como si hubiese de ser eterna?—Jacques Lacan, Kant con Sade
Enlazada y colgando desde el techo de STYX, goteando lentamente hacia nosotros desde abajo, la majestuosa pieza central El Vestido Sangrante nos da la bienvenida a un espacio que le es propio. Acogidos por esta instalación, compuesta de un vestido de tamaño real que cobija un cuerpo ausente, se nos pide que confrontemos el estático pulso de una violencia suspendida enigmáticamente fuera de nuestro alcance. El vestido desea hablarnos, y en las palabras de Baudelaire dice: »Soy la herida y el cuchillo«.
La artista argentina, Dolores Zorreguieta, conduce al espectador a un lugar donde la violencia y la memoria, lo político y el deseo, figuras fantasmagóricas y entidades carnosas, erguidas y quietas nos observan con miradas inconfundiblemente familiares. Sus siluetas nos abren un espacio de inmovilidad, donde se requiere de nosotros que escuchemos los ecos de un dolor social llevado al cuerpo, y que a la vez permanezcamos atentos a como los cuerpos pueden, amable o insistentemente, segregarse a nosotros. Uno encuentra aquí una experiencia estética distintiva –estimulante por lo cuidadosamente sostenida– donde simplemente no podemos discernir si se está hablando de situaciones de violencia política o desde una condición de asunción de género que es intencionalmente predominante. En estas obras una voz feminista se diluye en una voz que es mero testigo, y es en lo no dicho de esa voz, que misteriosamente encontramos los lineamientos del cuerpo en toda su carnosa, sexuada materialidad. El arte de Zorreguieta explora valientemente estas tierras fronterizas silenciadas de lo social y la psique.
Con fibras de lana -convertidas en plástico y resina acrílica- su pieza central El Vestido Sangrante enlaza la más pública de las ocasiones con el más íntimo de los fluidos del cuerpo, que se escurre regularmente a través de su tejido. Combinando la macabra grandiosidad de una figura de Francis Bacon con la gravedad material de Eva Hesse, esta instalación contiene toda la fuerza de un acto de violencia suspendida, transmitida al espectador con el poder aglutinante de la sangre. Una suerte de obra de performance mecánica, nos reclama que hagamos luto por un cuerpo que nunca tuvimos del todo a nuestro alcance.
En las paredes próximas se encuentra una serie de acuarelas, Manos Sucias, en la que unos desnudos fantasmales son arrastrados al plano, sangrando en el papel con las manos manchadas de negro. Como la esencia fantasmal de los cuerpos de Lucien Freud, estas figuras desarticuladas nos encaran con un deber casi literal de re-memorar (re-member)* lo que no puede ser recordado, y sostener entero aquello que se derrama lentamente.
En una instalación adjunta, Mi Bebe Frankenstein, Zorreguieta produce un cuerpo que toma forma gracias a pedazos de plástico reciclado, y conectado con el exterior solo por un cable umbilical eléctrico que termina en una lámpara que lo ilumina desde su interior. Aquí, sugiriendo una oscura parodia de las piezas lumínicas de González-Torres, lo que brilla en lugar de sangre en el ambiente, es apenas el espacio negro de desconexión.
Pero la primera obra que vemos, Quilt, nos recuerda que lo que sangra también tiene el poder de fundir. Un conjunto de parches rojos con la apariencia de cuero yace en el piso de STYX, a la vez una grilla y un complejo de pliegos, se nos presenta como una segunda piel de recuerdos que de todas maneras pueden coserse en un todo: como una promesa de ternura, esta obra nos invita a acostarnos junto a ella, cerrar nuestros ojos y hacer espacio para soñar.
*Recordar en inglés “remember” Juego de palabras: al separar la palabra la segunda parte de remember es “member” miembro/órgano del cuerpo: "volver a dar cuerpo"
Josh Weiner está realizando un doctorado en el Departamento de Inglés en la Universidad de Berkeley y es un escritor independiente. Su obra se ocupa de la historia de la estética, teoría de los medios, y teoría "queer". Vive y trabaja en San Francisco.
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